DECLARACIÓN EN SOLIDARIDAD CON LOS CINCO PATRIOTAS CUBANOS PRISIONEROS DE ESTADOS UNIDOS
Víctimas de la venganza política de los sectores más reaccionarios de Estados Unidos y la mafia de Miami, desde hace cinco años, cinco jóvenes profesionistas cubanos sufren injusta e inhumana prisión por defender a su patria de los enemigos que utilizan el territorio norteamericano para organizar actos terroristas contra Cuba.
Falsas acusaciones.
Ellos son Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino y Fernando González, quienes fueron encarcelados bajo falsas acusaciones de conspiración y espionaje contra el Gobierno de los Estados Unidos. Imputaciones que jamás se demostraron en el amañado y violatorio proceso del que fueron víctimas.
Son inocentes.
Los cinco cubanos presos son inocentes de los cargos imputados. Jamás cometieron delito alguno, ni fueron peligro para la sociedad estadounidense. Los Cinco, haciendo uso del derecho del pueblo cubano a su seguridad, alertaban de las acciones que los grupos terroristas de Miami, financiados y organizados desde Estados Unidos implementan contra Cuba. Son jóvenes honestos que lucharon para evitar actos de terror que llevaran a la muerte a ciudadanos inocentes.
Infame tratamiento.
Desde su detención se cometieron las violaciones más flagrantes al derecho de toda persona privada de su libertad para un proceso justo. Arrestados el 12 de septiembre de 1998, en Miami, les fueron negados sus derechos elementales reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la propia legislación penal estadounidense. Violando toda norma legal, fueron puestos en celdas de castigo en confinamiento solitario durante año y medio. Totalmente incomunicados se les prohibió contactar con sus familias y abogados. Sin acceso a la “evidencia” presentada en su contra, se les impidió su defensa. Pruebas todas éstas irrefutables de la ilegitimidad y arbitrariedad de la causa.
Negativa a un juicio justo.
Al existir un clima de hostilidad y linchamiento en Miami contra los acusados, promovido por los grupos de ultraderecha cubano-americanos, los abogados de oficio -que de verdad actuaron objetivamente- solicitaron la celebración del juicio en cualquier otra ciudad de Estados Unidos, donde existieran garantías mínimas para un juicio justo, imparcial y sin presiones. La petición fue negada sin argumentos por la jueza federal Joan Lenard, a quien se le asignó el caso.
Proceso injusto y condenas sin evidencia.
El proceso fue injusto, los fiscales manipularon y tergiversaron los hechos; amenazaron, chantajearon y falsificaron testigos; faltó el debido proceso, su derecho a no declarar contra sí mismos, a presentar testigos, a tener representación legal, a un juicio expedito; los testimonios a su favor nunca fueron tomados en cuenta; fueron juzgados en Miami por un tribunal parcial donde nunca existieron garantías mínimas para un juicio justo, imparcial y sin presiones. Meses después de iniciado el proceso se les condenó sin haber demostrado fehacientemente los cargos imputados, sin haber presentado pruebas o testimonios. Las acusaciones nunca fueron probadas.
Sentencias desmesuradas.
Los Cinco, sin existir precedente de un proceso legal que sentencie a un ser humano a un castigo tan desmesurado, sin elementos que lo justifiquen, fueron víctimas de una monstruosa injusticia al ser sentenciados a penas que van de 15 años a doble cadena perpetua.
Vejaciones e incomunicación.
Pero las injusticias continúan. Los cinco patriotas cubanos fueron transferidos a cinco prisiones separadas, lejos de sus familiares y de sus abogados de la defensa. Ahora sufren constantes vejaciones, injustos confinamientos en celdas de castigo y a sus esposas se les niega repetidamente las visas para impedir que los visiten.
Debe quedar claro para todo el mundo que los cinco cubanos presos en Estados Unidos son inocentes y que les asiste el pleno derecho de regresar libres a su patria lo más pronto posible. Que las pruebas dejan en evidencia las actividades terroristas de la mafia de Miami contra Cuba -que sueña con volver a hacer de la Isla un paraíso de la delincuencia- con el aval y la tolerancia de las autoridades estadounidenses, motivan el legítimo derecho del pueblo cubano a prevenirlas, advertirlas y denunciarlas. Que los Cinco fueron condenados por haber luchado contra el terrorismo y la muerte arriesgando sus propias vidas.
martes, 17 de julio de 2007
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